miércoles, 7 de diciembre de 2011

DECORACIÓN DE FACHADA MEDIEVAL



El pasado verano visité Besalú, un puebo medieval de Girona. Un desplazamiento imprevisto al que nos llevaron unos familiares en nuestra visita a Barcelona. No sabiendo a dónde íbamos, nos quedamos con la boca abierta al llegar y ver el paraje en donde se ubica esta población de piedra y mampostería, de escalinatas, callejones y encanto indescriptible. Un pueblo medieval maravillosamente conservado y que conserva sus tradiciones de antaño, cuando celebra sus fiestas conmemorando su  época de más esplendor en el medioevo. Allá por el año mil, gozaba la población de todo su esplendor. Besalú era por aquella época, siglo XIV, uno de los condados  más importantes de la comarca de Carrocha, perteneciente a los catalanes. Núcleo importante del comercio de artesanos varios. De todo aquel que quería hacer negocios en cualquier sector. Parte del monto de lo que se recaudaba, servía para mejorar los servicios de los establecimientos ubicados en la villa, repleta de cerrajeros, traperos, zapateros, carpinteros... La flor y nata del comercio vital que suministraba los productos y servicios a toda la comarca haciendo de Besalú núcleo de referencia mercantil.
A finales del mes de agosto, principios de septiembre, celebra sus fiestas medievales, un viaje por el tiempo como si estuviésemos viviendo una película de ciencia ficción. Llegas a Besalú en el siglo XXI, cruzas el portal del pont, y te trasladas al siglo XIV. Resulta una transmutación sencillamente hermosa. Todos los habitantes de la población se disfrazan y por la calle te cruzas con damas y caballeros de aquella época. Cuidan hasta el más mínimo detalle; todo el pueblo participa: las casas cuelgan bandarines, los comercios camuflan su imagen mínimamente actual tras las puertas de madera maciza y cerrajería forjada en la herrería, y entre todos, desaparece cualquier vestigio de la época actual.
Llegamos el día que inauguraban las fiestas previstas para la noche. Un gran bullicio de gente trabajando para darle el aspecto de antaño. Las cafeterías y restaurantes apilaban balas de paja junto a sus mesas de terraza camufladas. Los balcones se adornaban del flores, el cielo se engalanaba de banderolas de colores para ofrecer sombra a todos los visitantes. Incluso en sus rincones se simulaban letrinas a la antigua usanza, un mundo maravilloso. Despues de mi estancia en Besalú, he pedido un deseo para Reyes: Llegar a tener un establecimiento allí, donde mis ángeles estarían en un escenario ideal para echar a volar.
Llegamos a la plaza y... ohhhh, la fachada de lo que era una boutique de ropa de señora se había puesto sus mejores vestiduras. Impresionante la caída de telas anudadas a modo de cortina para no interferir con el mimitismo que se esta gestando en la ciudad. Disfrutad de las imágenes que os muestro.


 

"Oliveras" boutique de señora


No se a vosotros, pero a mi me dejó impresionada. Me ha encantado ver la participación de todos los habitantes.
No os puedo mostrar imágenes de sus tiendas, se me estropeó la cámara, me cachiss¡¡
Sus establecimientos, como os podréis imaginar, están ubicados en locales del mismo carácter medieval, conservados y protegidos. Se venden especialmente productos de artesanía, cerámicas, vidrios, y prendas exquisitas confeccionadas y bordadas a mano. Todo un placer para los sentidos.
Bensalú bien vale una visita y a ser posible durante sus fiestas. Si os animáis a ir a disfrutar de sus fiestas, no olvidéis hacer reserva de hotel con atelación, o no encontraréis hospedaje.
He pensado en mostraros unas imágenes caseras para que veáis lo que os podéis encontrar en tal bella población. Buen viaje.


Acceso a la población



Puerta de acceso una vez cruzado su pueste.












Los carpinteros estaban contruyendo letrinas, como veréis cuidan todos los detalles
-son de atrezzo-


En la plaza os encontraréis con este curioso de carton piedra que vigila desde el primer piso del museo de esculturas y artesanía












Aquí vemos un "justillo", un corpiño original de la época. Precioso. Soy una enamorada de la indumentaria de época. Confeccionada a mano, como no podía der de otro modo, con bordados de lujo e incluso, en las prendas de la gentes de linaje, con incrustaciones de pedrería semi presciosas. Lujo y más lujo en las almenas de los castillos. Solo me para un poco pensar que las colas de los vestidos se arrastraban por calles embarradas, todo no se puede tener. El estilo de la moda medieval dío pie a las prendas modernas.



Y, hasta aquí llega nuestra visita. Como siempre digo: Espero que os haya sido de inspiración.
Ahora sois vosotros los que teneís la posibilidad de decorar vuestra fachada engrandeciendo vuestra imagen comercial.
Hasta luego.















2 comentarios:

  1. El lugar es precioso y parece muy bien conservado.
    Con esa ambientación para la fiesta la sensación de viaje en el tiempo debió ser total!

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  2. Sí, muy bien conservado. Vale la pena una escapadita. Un abrazo

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