domingo, 11 de marzo de 2012

MI TALLER DE ESCAPARATIMO


Hola a todos. Una semana más para conectar y charlar. No sé a vosotros, pero yo siempre siento curiosidad por ver cómo son los espacios de trabajo de muchos de vosotros, especialmente los  que mostráis preciosidades realizadas con tanta ilusión. Me encanta descubrir estos espacios, digamos que me acerca un poco más a  vosotros (al menos así lo siento). Es por ello que he pensado que quizás, solo quizás,  podíais estar interesados en ver dónde realizo parte de mi profesión.

Pues aquí os presento mi casa taller. Una casona vieja del año 1830 con aspecto de "aquí me caigo". Lo cierto es que ni veo el momento ni veo el presupuesto para arreglarla, y como el espacio que ocupamos para vivir en verano está restaurado y es confortable, ahí se queda de momento. La compré con intención de montar un hotel rural, pero la vida me ha llevado por otros lares.

Este caserón era en su tiempo una vivienda señorial con bodega propia ( la bodega  la utilizo  como almacén de las decoraciones y otros utensilios varios, pero muy variosss). Sus propietarios fundaron la aldea, construyendo así mismo la escuela, la iglesia y el cementerio. Así que mi casa tiene el mismo pavimento hidráulico que podréis encontrar en la iglesia o en el centro de jubilados, bar (lo que antes era la escuela).

Una vivienda con muchas historias que contar, dignas de un film. De hecho, tuvimos la oportunidad de rodar una película en ella: "Habitus". Al director,  Samuel Domingo, le encantaba la idea, pero los actores no podían desplazarse diariamente y trabajar en otras actividades al mismo tiempo (al final se rodó en Valencia). Hemos pensado que lo dejaremos para la próxima.

Dicho esto, para entrar en calor, os presento dos de los espacios que utilizo según en qué esté trabajando.  No me han salido muy nítidas las imágenes, disculpadme.
Aquí podéis ver algunos de mis rincones. Tengo cantidades  casi industriales de pinturas, y como no me queda mucho espacio (¿parece mentira, verdad?), incluso guardo algunos utensilios en un viejo frigorífico que por su valor añejo lo utilizo de armario. También podéis ver aquí arriba algunos de los maniquíes que tengo, que por no tenerlos en cajas, los siento  para que me hagan compañía.  Algunos de los amigos que me visitan se asustan al verlos, y es que mi casa es de todo menos normal.




Esta es una de las mesas de trabajo que utilizo para menesteres más limpios y delicados, como por ejemplo, crear bisutería, complementos y especialmente mis colecciones de ángeles, que por cierto, no se si os los he presentado. Al igual que  dice mi amiga Soraya, creativa de  
"Luanna Originals", si para ella sus obras son sus niñas, para mí los ángeles son mis niños.
Aquí podéis ver parte de los tejidos que utilizo para mis ángeles y complementos. No hace mucho tuve la oportunidad de quedarme con todo un taller artesanal de abaniquería. Verdaderas obras de arte, tanto en abanicos como en tejidos, puntillas, encajes, herramientas... un tesoro. Y es que lo recojo todooo.

En una de las imágenes superiores podéis ver parte del proceso que realizo con los tejidos. Los tiño, los destiño, pliso, plancho, coso, bordo o  troquelo.

Otra de mis pasiones son las cintas; tengo muchas, pero menos de las que quisiera. Ahora estoy creando mis propias cintas. De este modo serán exclusivas y las podré adaptar a mis necesidades.

Y aquí están mis niños. Un ejército de angelitos a la espera de ser vestidos. Son un encanto, me miran y no se quejan de su desnudez. También podéis ver una muestra de como quedan vestidos. Puede que sea amor de madre, pero una vez terminados, me duele venderlos. Son exclusivos y no hay dos iguales. Como ya os he comentado, sus tejidos son muy especiales por la elaboración de algunos y por la antigüedad de algunas de sus telas, encajes, puntillas o complementos. Tienen su certificado incluido. Que no se diga que mis niños no vienen con un pan bajo brazo.


En las imágenes superiores os muestro el proceso de la decoración en la que estuve trabajando el año pasado para Feria Valencia - Fimi.

Mi trabajo es tan variado que puedo presumir de no aburrirme nunca. Ser escaparatista aporta muchos
conocimientos,  habilidades y motiva la creatividad. Cada cambio de escaparate es un mundo, una nueva obra plástica que realizar. 
Desde aquí os animo a intentarlo, es una profesión muy bonita y con futuro. Cada vez habrán más establecimientos especializados, bien formados en el mundo del Marketing, donde, entre otras cosas,  la presentación  del producto recibirá el trato que se merece como parte de la marca e imagen de la empresa.

En la planta baja  tengo el taller de restauración: Muebles, lámparas, máquinas de coser, sillas, maletas antiguas, bateas expositoras de abanicos... No sé qué año de estos terminaré de restaurarlo todo. Espero que mis hijas hereden un poco el amor al arte, especialmente el artesanal, pues aquí tienen trabajo para una temporada.
Aquí en este taller trabajo cuando empieza el buen tiempo, pues en invierno vivo en la ciudad, donde estoy preparando un pequeño estudio para seguir con proyectos que requieren menos espacio.



La mesa donde restauro era la antigua mesa de cocina del taller de abaniquería que os he comentado.
Os cuento solo un poquito de esta historia ( soy una romántica).
El año pasado mi colega y amigo  Damián  tuvo que restaurar íntegramente la vivienda de Vicente, nieto del artesano. Vicente solo quería quedarse con un par de muebles y el resto me lo ofrecieron a mí. 
Lo tengo todo guardado como oro en paño; imaginaos que hasta me quedé con los libros de contabilidad, esos con tapas gordas como enciclopedias. Me daba pena tirarlos, algo haré con ellos. Me hace ilusión pensar que el trabajo de toda una vida y de dos generaciones no se ha perdido y guardo con celo todo aquello que perteneció a esta familia.

Pues ya está, ya sabéis un poco más de mí, de lo que hago, dónde trabajo y... ¿el tiempo libre?, como dice una canción de Perales. El tiempo libre se lo dedico a la familia y a seguir trabajando, pues es mi hobbie. También a leer, estudiar y  escribir.

Espero no haberos aburrido con el post de esta semana, prometo que el siguiente será más didáctico.
Hasta luego.

10 comentarios:

  1. Que gozada!!! , diferentes espacios para poder trastear en lo que te gusta, déjame. un hueco para mis utensilios
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hola amiga, si vieses la cocinaaa uf te encantaría, ahí es dónde yo hago mí repostería, mermeladas y conservas, paellass ¿que envida verdad? Pues nada, cuando quieras te hago un sitio.
      Hasta luegooo

      Eliminar
  2. La casa es maravillosa, Pilar.
    Ojalá un día puedas completar la rehabilitación.
    Debe dar gusto (de todos modos) trabajar en un sitio así.
    A nosotros nos encantan los lugares y objetos con más de una vida que contar. Somos unos románticos, como tú.
    Un abrazo y muchas gracias por enseñarnos tu taller.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola wunsder. Efectivamente es una casa un mucha historias que contar, de hecho, tengo recopilado un libro con todas las historias que los ancianos del lugar me han ido contando con el tiempo (Si encuentro el enlace en Internet), os lo pongo para que podáis conocer su historia.) A cual de todas más bonita o dramática. En mi casa hubo bodas, bautizos y fue refugio de desamparados en la guerra civil, eso por contarte alguna cosilla. Que pena no puedas estar más cerca para disfrutar un fin de semana en ella. Un abrazo

      Eliminar
  3. Qué pasada Pilar!!!! A mi me encanta imaginar las casas viejas por dentro, tienen rincones raros, espacios llenos de silencio cargados de historias. Lo que habrán visto y oído esas paredes!!!. Siendo tu taller más que una casona es una fabrica de sueños y creatividad. Me encanta!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Olga, pues sí, mi casa-taller es una fabrica de sueños. Aunque muchos de los que la conocen dicen que se parece a la de la pelicular ( Los otros jeje ) A mí me encanta su silencio durante el día y el vacío de la noche oscura llena de estrellas donde solo se oyen las ranas croar. A ti, lo que más de gustaría sería la bodega-sótano-almacén. Allí puedes encontrar de todo, como en un desván de los de antes, donde encuentras objetos extraños, que no sabes para que sirven ni de quien han sido, pero que sabes que tiene un valor especial.
      Te pongo un ejemplo: Tengo por costumbre, perderme por los campos y entro en casas abandonadas y en ruina total. Siempre encuentro cosas que el tiempo y sus propietarios dejaron por olvido del pasado: botellas de elixir, cartas de hombres que se fueron a la guerra y que no se sabe que pasó con ellos, Sanitarios de porcelana de no se sabe ya que tiempo, tarros de cocina, juguetes antiguos, libros de texto...bueno, es alucinante.
      Mi problema es que no voy a saber que hacer con todo ello cuando la venda. Si os ha gustado, ya os iré mostrando más cosillas.
      Olga, mi casa es tu casa ya lo sabes. Un besete.

      Eliminar
  4. Así que te vas cual pastorcilla por el monte a buscar tesoros... pues avísame en tu próxima salida que me apunto. Y cuando pase la marea comunionera me voy a tu castillo a ver todos tus tesoros, seguro que me inspiro!!!

    Besitos guapa!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Olga, ahora cuando llegue el buen tiempo, nos hacemos una escapada, pero nos vamos a pelear por los tesoros que encontremos jeje.
      Saluditos

      Eliminar
  5. Madre mía, Pilar que maravilla de casa y de espacios para crear!!. Reconozco que también soy una romántica y me gusta guardarme todo aquello que tenga historia aunque el espacio me limita. Y me has recordado mi infancia, cuando era una niña curiosa y buscaba tesoritos en las casas abandonadas del pueblo al que iba a veranear.
    Gracias por dejarme entrar en tus rinconcitos, me han encantado.
    Un besote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Soraya, ya sabia yo que tu eras de las mías, una romántica jeje, si es que tiene que haber de todooo. Un abrazote.

      Eliminar